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Parque Natural Sierra Norte de Guadalajara, 19-21 de octubre de 2022

Los días 19 al 21 de octubre se celebró en Campillo de Ranas el II Seminario del proyecto LIFE  RedBosques_Clima, con la participación de 35 personas de 11 comunidades autónomas y la  Administración General del Estado, entre técnicos de áreas protegidas, gestores forestales, investigadores, consultores y agentes medioambientales.

El primer día se dedicó a debatir sobre los elementos que contribuyen a la vulnerabilidad de los  bosques al cambio climático, presentando el índice desarrollado en el contexto del proyecto. Así  mismo se presentaron dos proyectos de investigación que se desarrollan en el Parque Natural  de la Sierra Norte de Guadalajara y que tienen conexiones importantes con LIFE RedBosques_Clima. El segundo día se dedicó a una visita de campo a los lugares donde se  realizarán las acciones piloto del LIFE. El tercer día se presentó un avance del “estándar de  calidad para acciones de adaptación en bosques”, documento que propondrá un conjunto de  criterios para el diseño de medidas de adaptación, y que se elabora como una de las acciones  del proyecto.

Los elementos fundamentales que surgieron en los debates a lo largo del seminario se resumen  en:

  • Las actuaciones de adaptación de los bosques al cambio climático tienen sinergias muy  importantes con la conservación de la biodiversidad: el mantenimiento o la mejora del  estado de conservación del ecosistema forestal redunda en una mejora y/o  mantenimiento de su capacidad de adaptación. En el contexto de las áreas protegidas,  esta Adaptación Basada en Ecosistemas se propone como la estrategia más adecuada para afrontar el reto climático.
  • En el desarrollo del procedimiento de evaluación de la vulnerabilidad, es importante  asegurar la coherencia con la terminología del IPCC y del Plan Nacional de Adaptación (en concreto términos como riesgo, peligros climáticos, vulnerabilidad, resiliencia,  capacidad de adaptación).
  • Es importante tener en cuenta los escenarios climáticos futuros en el diseño de acciones  de adaptación, para lo que se propone el visualizador de escenarios climáticos  regionalizados desarrollado por la OECC.
  • Se considera prioritario considerar la adaptación al cambio climático de forma  transversal en todas las actuaciones de gestión, y promover la incorporación de la  adaptación en los planes de gestión de las áreas protegidas y en los proyectos de  ordenación de montes.
  • La selvicultura es una herramienta útil para mejorar la capacidad de adaptación de los  bosques, mediante una gestión con objetivos orientados a mejorar la resiliencia de las  masas forestales.
  • Se consideran acciones de adaptación las dirigidas a promover la heterogeneidad  espacial (a escala de paisaje y de rodal), la diversidad de hábitats (incluyendo humedales  y hábitats abiertos como pastizales) y especies, y una mayor complejidad estructural,  así como la reducción de la competencia reduciendo la densidad.
  • Entre las posibles medidas de adaptación se señala la no-intervención y el  mantenimiento de procesos ecológicos a evolución natural como una herramienta a  tener en cuenta. Dadas las incertidumbres en los modelos climáticos, es necesaria una  llamada a la prudencia y al seguimiento del comportamiento frente al cambio climático  de los ecosistemas forestales.
  • En el diseño de acciones de adaptación es importante considerar los procesos ecológicos  clave que se ven afectados por los riesgos climáticos, no solo hábitats y especies, para  lo que se propone incluir un listado de procesos ecológicos a partir de la bibliografía  existente.
  • Se considera importante identificar las prácticas de adaptación con efectos negativos no  deseados (maladaptación). Entre las malas prácticas en adaptación se mencionaron:
    1. La falta de análisis a escala regional y la no integración de las políticas forestales, agrarias y ganaderas, y la falta de planificación forestal a gran escala (dónde plantar qué),
    2. La falta de análisis de la capacidad real de gestión en territorios que son muy extensos,
    3. La falta de gestión por falta de medios, en sistemas forestales muy vulnerables (p. ej. repoblaciones) ,
    4. El continuismo en la gestión forestal (seguir como siempre) sin incorporar los nuevos escenarios climáticos y las consecuencias sobre los bosques que se derivan de los mismos,
    5. La insuficiente consideración de los impactos derivados de las prácticas de gestión (p ej. afección al ciclo hidrológico, erosión, repercusión en otros hábitats o especies, etc.),
  • Un enfoque de la conservación basado en el mantenimiento de un estado de conservación determinado, o la preservación de determinados hábitats y especies, en un entorno climático cambiante. Se recomienda más bien un  enfoque que permita el cambio como parte inherente a la dinámica del  ecosistema. La adaptación puede no tener como objetivo el alcanzar un estado  de conservación específico – o “favorable” como es el caso en la Directiva  Hábitats – sino más bien acompañar el proceso de cambio de forma que no se  pierdan los servicios ecosistémicos.
  • Las acciones de adaptación son costosas. El proceso de planificación debe incluir una  priorización a escala regional que identifique los ecosistemas forestales sobre los que se  debe actuar y el tipo de medidas más eficientes.
  • El seguimiento y la evaluación de resultados son componentes esenciales en el proceso  de planificación. Las medidas de adaptación deben ir acompañadas de la identificación  de indicadores que permitan evaluar en qué medida contribuyen a mejorar la capacidad  de adaptación.